sábado, 18 de agosto de 2012

Entretejido de ADN

Sé que es raro para las mentes correctas que pueden jugar alternativas pero que al momento de juzgar parecen retrotraerse al Medioevo. No obstante, como noches atrás charlé con un amigo de los que está en la lista de pendientes y me comentó que había leído la notuela de “Las Embarazadas” y que había visto mi foto allí…

Pues, nada: que en lugar de hacer una fecundación in Vitro con óvulo ajeno –y perder así los 23 cromosomas que nos dan continuidad histórica y familiar-, me pidió, hablé, pensé, lo charlé con quién debía hacerlo, se molestó, luego se calmó, más adelante saboreó la idea como buen perverso que es y, finalmente viajamos a Huelva que es donde vive mi hermana con su marido.

Calculamos el viaje para llegar en mis días fértiles a la península. Una tontera, porque la adaptación mutua con el inoculador demandó más tiempo. Aunque durante ese lapso bien que nos conocimos…

Como la única condición que existía fue la de hacerlo en Donostia, una semana después de terminada mi regla, viajamos. Él y yo, sin testigos que nos preguntaran el consabido “¿Y, qué tal?”.

Nos excedimos en la búsqueda y cuando a los 31 días no tuve noticia de don Andrés, digamos que no necesité del test para saber que ya estaba gestándose un nuevo ser.

Así fue, con felicidad plena, robustez y también belleza, porque Mikaela es una niña preciosa y, si por alguna razón debieran de analizar su ADN, mi hermana será la madre biológica ya que nuestra consanguinidad en segundo grado nos brinda identidad semejante.

Eso fue todo o nada menos…

¿La foto? Un recuerdo para mi amigo, el de pendientes. Porque esto, para él, fue una sorpresa (espero que grata)

Gracias por visitar mi blog.


Que estén bien.



Soledad F.

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