La convocatoria de Nacho fue “para hacer una serie artística”. Traducido, es sacarme fotos como le plazca ya que, bienvenida sea la tendencia, toda obra humana es cultura y por tanto, también puede ser arte. Lo que no me esperaba fue encontrar también allí a Gustavo, nuestro leal amigo siempre predispuesto a dar de sí lo que una adora que nos den.
De todos modos quedaba clarísimo cuál sería el método de la sesión de fotos. Dos hombres apenas cubiertos por un boxer elastizado –uno- y un slip infinitesimal –el otro- no encajaban con la de un equipo de fotografía.
Me provoca una sensación muy especial el estar vestida tal como llegue de la calle y compartir el espacio con dos fornidos señores casi desnudos. Aunque las cosquillas en los lóbulos de mi vientre comenzaron mucho antes, cuando Nacho me llamó, una hora antes de mi llegada al appart. De esa tarde –que se hizo noche y también desayuno a la mañana siguiente con la prolongación al almuerzo que no podíamos perder ya que estamos…- me permito compartir algunas de las tomas que disparó el vasco. Las otras quedan en la “recatada intimidad” de mis archivos.
Gracias por visitar mi blog.
Que estén bien
Soledad F.
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