PRIVACIDAD CUSTODIADA
La vocación por
aculturarnos en lo sexual
Casi todos los
gobiernos del mundo pero especial y determinantemente los de nuestra Argentina,
han perseguido a la sexualidad y al sexo con mayor ahínco que a esa invención
(que no de Morel)
cual es "el terrorismo internacional". En otra nota de esta edición publico el
texto del Dr. Walter Ghendin cuyo título arranca conque la privacidad está en
riesgo y alude al "Dogging" como
si se tratara de un emergente conductual que surge a partir de la trilogía de
Grey. Tan romanticona ésta última como el concepto de eludir una definición
concreta respecto de la libre elección de una pareja sexual eventual,
transitoria, de touch & go,
o sea un levante si
lo ponemos en lenguaje coloquial argentino. ¿Es tanto como dice el especialista
en orgasmos ajenos o siempre existió?
Chantal
exclusivo para Revista Magazine
Si algo nos queda clarísimo es que La
Torah, uno de los libros sagrados de los judíos, surge como un manual de
conducta y de alimentación para que ese contingente que había decidido partir de
la cómoda ciudad egipcia que gobernaban y habían construido gracias a las
excelentes relaciones que mantenían con Ramses II, y caminar por el desierto
hacia quién sabe cuál destino que el hábil Moisés aludió como la
tierra prometida. Es básico, claro que sí, que cuando la creencia maneja la
consciencia y los humanos se masifican, el pensamiento mágico y la culpa son los
que gobiernan los
actos de trazo grueso. Que en las relaciones interpersonales eran bien
distintas.
Fiesta fiesta
El factor
humano es el que desequilibra las
reglas fijas y la moral de turno (*) Es que con esta cuestión de la educación occidental
y cristianaque parte desde la debilidad de un imperio como el romano para
mantenerse cohesionado así como el ingreso de los cristianos catacúmbicos como entidad
aceptada, cualquier tema fue remitido a ese magma de verdades absolutas
donde la verdad brilló por su ausencia.
Pero por más que se esfuercen los códices y aún
existiendo legislación vigente en ciertas zonas del mundo donde los excesos
sexuales son reprimidos incluso
hasta con la muerte, el ser humano contiene tanta energía sexual en el órgano
más importante en el tema cual es el cerebro, que no hay ley que impida
erecciones ni deseos.
Además y por si fuera poco, la transgresión es
algo así como el GPS de la inmensa mayoría de nuestra especie. Para colmo
apareció el vienes estableciendo que existe una zona que nos guía cuando no
controlamos nuestro "yo", que aparece en los momentos menos indicados, pensados
o adecuados (los actos fallidos) y nos exponen crudamente y, para remate,
establece que hay una zona a la que denomina el
Ello para la que no existen
reglas de ninguna índole, sólo deseo que es movilizado por la pulsión.
Monógamos...
No hay reglas para el apareamiento salvo
que los intercopulares pertenezcan a la misma especie. En nuestro caso, la
humana. Los diccionarios se empeñan en mantener la fantasía que surge del
Medioevo en razón de consolidar las herencias de los señores feudales en sus
primogénitos. En esos libracos del embretamiento del lenguaje, se alude a
monogamia o poligamia siempre bajo el sacrosanto eufemismo de ser "casado" una
vez o varias, respectivamente.
No mencionamos el
carácter machistoide de la historia y sus protagonistas, pero así era: solamente
los varones heredaban. Las mujeres, fuera de la concepción -quedar embarazadas,
parir- eran apenas un poco más, en categoría, que el ganado.
La
bendición, padre
Así, entonces, la sacrosanta
iglesia que avanzaba hacia la santa
inquisición y pondría en títulos tragedia a
uno de sus más crueles mentores: Torquemada, custodió esa línea de
consanguinidad del señor feudal, vigilando a las esposas de dichos caballeros.
La idea de la conservación del vientre de la potencial proveedora de crías (la
esposa)dio ignorante paso a los peligrosos cinturones
de castidad. Impedían, es cierto, la penetración, fuera por vía vaginal o
anal, pero condenaban a la sufriente portadora del mismo al peligro inminente de
infecciones de todo tipo en razón de las zonas que cubrían y lo que por ellas
circula fisiológicamente.
Es
decir, las demás prácticasque
contienen un contacto sexual real como la masturbación y la felación de la casta
esposa al hábil caballero que entraba a escondidas al castillo, no estaban
consideradas como actos sexuales ¿Por
qué? Simplemente porque no tenían como fin último la procreación. Recordamos,
aquí, la resolución de un Juez que ante la denuncia por abuso
sexual de una empleada contra su
empleador, decidió que no había existido tal abuso porque sólo había
sido una felación.
¡Maravilla de coherencia, del Medioevo a Plaza Lavalle!
La
constante
Es esa, justamente. Se
pretende frenar, ocultar, prohibir que el sujeto humano tenga deseos y lo
conmueva la pulsión. Hasta definirle lo que es una elección
de objeto "correcta". Hasta hace muy pocos años, los trogloditas que
dirigen algunas instituciones que
son rémora para la libertad, perseguían a quienes dejaban fluir sin culpas ni
mendacidades sus particulares elecciones de objeto.
La crónica policial y
periodística en las hemerotecas nos da cuenta de los operativos
de moralidad que encabezaba un
paradigmático comisario de la Federal, Luis
Margaride cuya vocación voyeurista o,
tal vez, una especie de venganza muy neurótica por alguna desavenencia en su
pareja, lo llevó a realizar operativos
de moralidad en hoteles
alojamiento, bares de citas y, por supuesto, la persecución sistemática y
continuada de homosexuales notorios, de lesbianas ídem, de "raritos"como
los denominaban a los fuera del nomenclator esquemático.
Pero los humanos siguieron
encontrándose a escondidas de margarideadas y clerecías persecutorias.
El pensamiento
Es el reducto infinito de la
libertad individual, sin duda. Pero la hipocresía impuesta como norma de
conducta en tanto establecer la monogamia como métrica y la procreación como
fin, sólo generó un mayor deseo por saltar el cerco de falsedades y ver qué se
sentía fuera de ese círculo de simbólico hierro.
En toda la literatura
argentina, del puerto de Buenos Aires como de Rosario y aún de capitales de
otras regiones de nuestra Argentina, el tema del "engaño" es un motor utilizado
por muchos autores para hacer navegar sus letras en novelas de mayor o menor
incidencia en el público lector.
Más allá de nuestras
fronteras y mucho antes, apenas recorriéndose el primer cuarto del siglo XX,
autores de fuste como Anaís Nin volcaron
en letras lo que circulaba libremente -aunque bajo el ocultamiento de la
discreción- entre unos y otros. Por esto no veo que la trilogía de Grey -que,
entre paréntesis, está pésimamente escrita y por eso, tal vez, su éxito masivo-
haya sido el disparador de
nada. Sólo pone en letras lo que a la autora bullía en su mente. Está muy bien
como un hito más, pero no es ni fundante ni determinante.
Swingers, fiesteros de
toda la vida
Los grupos de intercambios
de parejas así como los que
organizaban reuniones donde las mujeres se contaban con dos dedos y los señores,
con ambas manos, entre otras variantes de las primeras y éstas últimas
existieron desde siempre.
Como quien tiene una vida
sexual activa está lejos de padecer una enfermedad mental, las cuestiones
menores de la realidad tangible -y depende de quién defina esa realidad siempre
cambiante para unos y para otros que la observen- no parecen de tanta gravedad
como los esquemáticos represores pretenden que se las asuma. No es negligencia
sino libertad, o sea, libertad de establecer las prioridades y "gravedades". Un
poco lo del Tao cuando establece que si no se tiene solución para un determinado
problema, ese problema no es nuestro al menos, ese día.
Esto del Tao es imposible de
aceptar para los represores que detrás de cuellos duros, corbatas de seda,
oropeles rituales o entorchados corporativos pretenden que las
cosas sean como antes. O sea, ya sabemos.
¿Qué sucede en el "aquí y
ahora"?
Que estamos más comunicados,
dentro de este chupetín con el que nos conformaron para demostrarnos que la
globalización es buena... En
cierta forma, sin duda alguna, la comunicación que permite Internet hace que sea
muy difícil ocultar un hecho, un pensamiento, una tendencia o una propuesta.
Surja de donde sea que pueda surgir. De aquí que también -como se ve desde hace
unos años- se pretende avanzar, paso a paso y casi sin dolor, en el control de
Internet.
Si el sexo es libertad, el
ámbito donde podemos intercambiar experiencias, información y propuestas
sexuales es Internet. Por lo tanto, Internet es libertad. Controlada, sin duda,
por quienes inventaron esa posibilidad que nació siendo un medio de comunicación
inexpugnable para la guerra fría y
que terminó siendo Internet, una vez que ese invento de guerra fría perdió
fundamento virtual.
Lo que es necesario cambiar
es la mentalidad de
los hombres que, en su mayoría, siguen pensando como los señores feudales
protegidos por los frailes cómplices, respecto de sus esposas.
Decirle a uno de esos "macho
argentino" que su mamá es mujer y por lo tanto, deseante es
como quitarle el piso, dejarlo en el aire. La macchietta de la
mamma penetró hondamente en
la memoria colectiva y es habitual la expresión de "Con
mi vieja no te metas". Pero para ese tipo de personajes masculinos el sólo
pensar por un instante que sus madres, mujeres, sienten deseos sexuales y que se
conmueven en orgasmos cuando están con la pareja elegida para una relación
sexual, es imposible de aceptar.
Las Piratas...
Del mismo modo que los
próceres del montaje histórico mitrista: son hombres de cartón, de fechas y
declaraciones, pero de apasionamiento, de amores y de odios, nada. Aunque hayan
sido, justamente, esas tres emociones impulsoras las que los llevaron a hacer lo
que hicieron, sea a favor o en contra del posterior beneficio común.
Seamos libres pero en
argentino
Propuesta: dejémonos de
jorobar con anglicismos que ya bastante nos aculturaron como para seguir
recibiendo falacia de autoridad como la mencionada del dogging a
cargo de un experto en orgasmos ajenos como dijimos.
Llamemos a las cosas por su
nombre: salir de levante,
elegir con quién, en qué momento y luego, gracias y adiós.
Levantar, ligar como dicen los españoles, transar... todo vale desde lo
lingüístico y también, desde lo conductual. Lo único es protegerse y proteger.
Acordar. Lo demás, es como la consigna de París
68: "La Imaginación al Poder".
Chantal
exclusivo para Revista Magazine