lunes, 4 de marzo de 2013

Privacidad custodiada

PRIVACIDAD CUSTODIADA

La vocación por aculturarnos en lo sexual

Casi todos los gobiernos del mundo pero especial y determinantemente los de nuestra Argentina, han perseguido a la sexualidad y al sexo con mayor ahínco que a esa invención (que no de Morel) cual es "el terrorismo internacional". En otra nota de esta edición publico el texto del Dr. Walter Ghendin cuyo título arranca conque la privacidad está en riesgo y alude al "Dogging" como si se tratara de un emergente conductual que surge a partir de la trilogía de Grey. Tan romanticona ésta última como el concepto de eludir una definición concreta respecto de la libre elección de una pareja sexual eventual, transitoria, de touch & go, o sea un levante si lo ponemos en lenguaje coloquial argentino. ¿Es tanto como dice el especialista en orgasmos ajenos o siempre existió?

Chantal
exclusivo para Revista Magazine

Si algo nos queda clarísimo es que La Torah, uno de los libros sagrados de los judíos, surge como un manual de conducta y de alimentación para que ese contingente que había decidido partir de la cómoda ciudad egipcia que gobernaban y habían construido gracias a las excelentes relaciones que mantenían con Ramses II, y caminar por el desierto hacia quién sabe cuál destino que el hábil Moisés aludió como la tierra prometida. Es básico, claro que sí, que cuando la creencia maneja la consciencia y los humanos se masifican, el pensamiento mágico y la culpa son los que gobiernan los actos de trazo grueso. Que en las relaciones interpersonales eran bien distintas.

Fiesta fiesta

El factor humano es el que desequilibra las reglas fijas y la moral de turno (*) Es que con esta cuestión de la educación occidental y cristianaque parte desde la debilidad de un imperio como el romano para mantenerse cohesionado así como el ingreso de los cristianos catacúmbicos como entidad aceptada, cualquier tema fue remitido a ese magma de verdades absolutas donde la verdad brilló por su ausencia.

Pero por más que se esfuercen los códices y aún existiendo legislación vigente en ciertas zonas del mundo donde los excesos sexuales son reprimidos incluso hasta con la muerte, el ser humano contiene tanta energía sexual en el órgano más importante en el tema cual es el cerebro, que no hay ley que impida erecciones ni deseos.

Además y por si fuera poco, la transgresión es algo así como el GPS de la inmensa mayoría de nuestra especie. Para colmo apareció el vienes estableciendo que existe una zona que nos guía cuando no controlamos nuestro "yo", que aparece en los momentos menos indicados, pensados o adecuados (los actos fallidos) y nos exponen crudamente y, para remate, establece que hay una zona a la que denomina el Ello para la que no existen reglas de ninguna índole, sólo deseo que es movilizado por la pulsión.

Monógamos...

No hay reglas para el apareamiento salvo que los intercopulares pertenezcan a la misma especie. En nuestro caso, la humana. Los diccionarios se empeñan en mantener la fantasía que surge del Medioevo en razón de consolidar las herencias de los señores feudales en sus primogénitos. En esos libracos del embretamiento del lenguaje, se alude a monogamia o poligamia siempre bajo el sacrosanto eufemismo de ser "casado" una vez o varias, respectivamente.

No mencionamos el carácter machistoide de la historia y sus protagonistas, pero así era: solamente los varones heredaban. Las mujeres, fuera de la concepción -quedar embarazadas, parir- eran apenas un poco más, en categoría, que el ganado.

La bendición, padre

Así, entonces, la sacrosanta iglesia que avanzaba hacia la santa inquisición y pondría en títulos tragedia a uno de sus más crueles mentores: Torquemada, custodió esa línea de consanguinidad del señor feudal, vigilando a las esposas de dichos caballeros. La idea de la conservación del vientre de la potencial proveedora de crías (la esposa)dio ignorante paso a los peligrosos cinturones de castidad. Impedían, es cierto, la penetración, fuera por vía vaginal o anal, pero condenaban a la sufriente portadora del mismo al peligro inminente de infecciones de todo tipo en razón de las zonas que cubrían y lo que por ellas circula fisiológicamente.

Es decir, las demás prácticasque contienen un contacto sexual real como la masturbación y la felación de la casta esposa al hábil caballero que entraba a escondidas al castillo, no estaban consideradas como actos sexuales ¿Por qué? Simplemente porque no tenían como fin último la procreación. Recordamos, aquí, la resolución de un Juez que ante la denuncia por abuso sexual de una empleada contra su empleador, decidió que no había existido tal abuso porque sólo había sido una felación. ¡Maravilla de coherencia, del Medioevo a Plaza Lavalle!

 

La constante

Es esa, justamente. Se pretende frenar, ocultar, prohibir que el sujeto humano tenga deseos y lo conmueva la pulsión. Hasta definirle lo que es una elección de objeto "correcta". Hasta hace muy pocos años, los trogloditas que dirigen algunas instituciones que son rémora para la libertad, perseguían a quienes dejaban fluir sin culpas ni mendacidades sus particulares elecciones de objeto.

La crónica policial y periodística en las hemerotecas nos da cuenta de los operativos de moralidad que encabezaba un paradigmático comisario de la Federal, Luis Margaride cuya vocación voyeurista o, tal vez, una especie de venganza muy neurótica por alguna desavenencia en su pareja, lo llevó a realizar operativos de moralidad en hoteles alojamiento, bares de citas y, por supuesto, la persecución sistemática y continuada de homosexuales notorios, de lesbianas ídem, de "raritos"como los denominaban a los fuera del nomenclator esquemático.

Pero los humanos siguieron encontrándose a escondidas de margarideadas y clerecías persecutorias.

El pensamiento

Es el reducto infinito de la libertad individual, sin duda. Pero la hipocresía impuesta como norma de conducta en tanto establecer la monogamia como métrica y la procreación como fin, sólo generó un mayor deseo por saltar el cerco de falsedades y ver qué se sentía fuera de ese círculo de simbólico hierro.

En toda la literatura argentina, del puerto de Buenos Aires como de Rosario y aún de capitales de otras regiones de nuestra Argentina, el tema del "engaño" es un motor utilizado por muchos autores para hacer navegar sus letras en novelas de mayor o menor incidencia en el público lector.

Más allá de nuestras fronteras y mucho antes, apenas recorriéndose el primer cuarto del siglo XX, autores de fuste como Anaís Nin volcaron en letras lo que circulaba libremente -aunque bajo el ocultamiento de la discreción- entre unos y otros. Por esto no veo que la trilogía de Grey -que, entre paréntesis, está pésimamente escrita y por eso, tal vez, su éxito masivo- haya sido el disparador de nada. Sólo pone en letras lo que a la autora bullía en su mente. Está muy bien como un hito más, pero no es ni fundante ni determinante.

Swingers, fiesteros de toda la vida

Los grupos de intercambios de parejas así como los que organizaban reuniones donde las mujeres se contaban con dos dedos y los señores, con ambas manos, entre otras variantes de las primeras y éstas últimas existieron desde siempre.

Como quien tiene una vida sexual activa está lejos de padecer una enfermedad mental, las cuestiones menores de la realidad tangible -y depende de quién defina esa realidad siempre cambiante para unos y para otros que la observen- no parecen de tanta gravedad como los esquemáticos represores pretenden que se las asuma. No es negligencia sino libertad, o sea, libertad de establecer las prioridades y "gravedades". Un poco lo del Tao cuando establece que si no se tiene solución para un determinado problema, ese problema no es nuestro al menos, ese día.

Esto del Tao es imposible de aceptar para los represores que detrás de cuellos duros, corbatas de seda, oropeles rituales o entorchados corporativos pretenden que las cosas sean como antes. O sea, ya sabemos.

¿Qué sucede en el "aquí y ahora"?

Que estamos más comunicados, dentro de este chupetín con el que nos conformaron para demostrarnos que la globalización es buena... En cierta forma, sin duda alguna, la comunicación que permite Internet hace que sea muy difícil ocultar un hecho, un pensamiento, una tendencia o una propuesta. Surja de donde sea que pueda surgir. De aquí que también -como se ve desde hace unos años- se pretende avanzar, paso a paso y casi sin dolor, en el control de Internet.

Si el sexo es libertad, el ámbito donde podemos intercambiar experiencias, información y propuestas sexuales es Internet. Por lo tanto, Internet es libertad. Controlada, sin duda, por quienes inventaron esa posibilidad que nació siendo un medio de comunicación inexpugnable para la guerra fría y que terminó siendo Internet, una vez que ese invento de guerra fría perdió fundamento virtual.

Lo que es necesario cambiar es la mentalidad de los hombres que, en su mayoría, siguen pensando como los señores feudales protegidos por los frailes cómplices, respecto de sus esposas.

Decirle a uno de esos "macho argentino" que su mamá es mujer y por lo tanto, deseante es como quitarle el piso, dejarlo en el aire. La macchietta de la mamma penetró hondamente en la memoria colectiva y es habitual la expresión de "Con mi vieja no te metas". Pero para ese tipo de personajes masculinos el sólo pensar por un instante que sus madres, mujeres, sienten deseos sexuales y que se conmueven en orgasmos cuando están con la pareja elegida para una relación sexual, es imposible de aceptar.


Las Piratas...

Del mismo modo que los próceres del montaje histórico mitrista: son hombres de cartón, de fechas y declaraciones, pero de apasionamiento, de amores y de odios, nada. Aunque hayan sido, justamente, esas tres emociones impulsoras las que los llevaron a hacer lo que hicieron, sea a favor o en contra del posterior beneficio común.

Seamos libres pero en argentino

Propuesta: dejémonos de jorobar con anglicismos que ya bastante nos aculturaron como para seguir recibiendo falacia de autoridad como la mencionada del dogging a cargo de un experto en orgasmos ajenos como dijimos.

Llamemos a las cosas por su nombre: salir de levante, elegir con quién, en qué momento y luego, gracias y adiós.

Levantar, ligar como dicen los españoles, transar... todo vale desde lo lingüístico y también, desde lo conductual. Lo único es protegerse y proteger. Acordar. Lo demás, es como la consigna de París 68: "La Imaginación al Poder".

Chantal
exclusivo para Revista Magazine

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